Translate

sábado, 10 de mayo de 2014

Mis primeras experiencias en mi nueva etapa sexual (3ra Parte)

 


En esta nueva entrega les narraré la tercera parte de las que fueron mis primeras experiencias en esa nueva etapa sexual que comencé a vivir hace 8 años y que me transformaron en la mujer que soy hoy en día. Deseo aclararles que yo no soy, ni pretendo ser escritora, solo me esfuerzo en contarles mis historias dejando que los acontecimientos que he tenido que vivir hablen por sí mismos. Como les dije al final de la segunda parte de esta narración, después de la experiencia  vivida en el club de Miami, mi vida dio un giro gigantesco, ya que tomé la decisión de  dedicarme a trabajar como prostituta de lujo, ofreciendo mis servicios como dama de compañía. De esa manera  comencé  a vender mi cuerpo a quien quisiera pagarme, ya fuese hombre, mujer o una pareja. Yo trabajaba en forma independiente y mis clientes se iban generando a través de las referencias que daban las personas con las que tenía relaciones a sus conocidos. 

Lo que estaba viviendo me recordaba lo que el famoso dramaturgo, humorista y actor frances Jean-Baptiste Poquelin mejor conocido como Moliere había dicho referente a los escritores, pero que en mi caso era perfectamente aplicable a mi entrega al sexo. La frase es: "Primero lo haces porque te gusta, después por algún amigo y al final acabas haciéndolo por dinero". 

Obviamente durante esta nueva etapa de mi vida tuve innumerables relaciones sexuales, era sumamente promiscua, sin duda yo estaba viviendo una exacerbación de mi impulso sexual y realmente sentía un deseo insaciable de entregarme al sexo. Además había vivido una experiencia bastante traumática en Qatar, que se las contaré en otra oportunidad, pero que me hizo entender que yo había nacido para ser puta.

Iniciaré esta tercera parte  contándoles lo que me sucedió un día que estaba en un bar de un conocido y lujoso hotel de la ciudad de Caracas. El bar estaba bastante  oscuro, ya que sólo había luz en la barra, estaba sonando una música suave y yo estaba sentada sola en la barra. Yo estaba vestida muy sexi tal como puede verse en la foto, con un minivestido negro traslucido, sandalias y absolutamente más nada. Sabía que me veía impresionante Cuando me senté dejé que mis piernas quedaran completamente expuestas, para que todos las admiraran. A mí no me importaba quien deseara echarles un vistazo, yo estaba en exposición como siempre últimamente. Yo sabía exactamente como permitir que las personas pudiesen ver lo que querían, dejaba a la vista una gran cantidad de mi piel sin llegar a revelarlo todo aunque con el vestido que ese día tenía puesto sabía que con un poco de luz mi cuerpo desnudo podía verse claramente a través del mismo.


De repente me di cuenta que un hombre que estaba  con un grupo de amigos y amigas en una mesa enfrente de donde yo estaba sentada en la barra, me miraba insistentemente, yo me fijé en él y noté que no lo conocía, sin embargo él me sonreía y era evidente en sus ojos que me deseaba. Dejé caer mi bolso  y me agaché para cogerlo, regalándole a sus ojos una clara imagen de mi transparente minivestido y dejándole ver que no usaba ninguna ropa interior. 

Me distraje un momento para atender mi celular y cuando volví a mirar hacia el grupo, el hombre había desaparecido. Me imaginé que se había marchado o estaba en los baños.   De repente a los pocos minutos, sentí que alguien pasaba por mi lado y me tropezaba. Me di cuenta que era el mismo hombre que estaba antes con el grupo, este me miró, se sonrió y me preguntó – “¿Te he hecho daño?” – Le respondí que en absoluto y el hombre me dijo – “En realidad lo hice a propósito porque  estaba  buscando la forma de conocerte, ya que desde que te vi me tienes totalmente  embrujado con tu belleza y tu sensualidad. La verdad es que te deseo mucho” - Me quedé sorprendida por la forma tan directa de dirigirse a mí, sonreí y decidí responderle en los mismos términos y le dije – “Yo  también te deseo”.   Entonces el sorprendido fue él, sin embargo reaccionó rápidamente, me agarró por un brazo y me llevó hacia un lugar alejado de la barra del bar. El sitio que escogió era un rincón oscuro, casi sin luz.  Cada uno llevábamos  nuestras copas las cuales colocamos sobre una mesa, él se sentó y yo me quedé de pie frente a él.   Nos hablábamos susurrando manifestándonos el deseo que ambos teníamos por el otro, de repente me pidió que separara algo mis piernas, yo lo hice y sentí como comenzó con su mano a acariciarme mis piernas hasta alcanzar mi sexo, en ese momento me dijo en susurro que quería probarlo, yo empecé a besarlo cerca de sus labios y le respondí – “Si lo quieres, es tuyo” – El me miró, metió su otro mano por debajo de mi vestido y  entonces apoyó ambas manos en mis nalgas y me acercó hacía él. Mientras yo comencé con mis manos a acariciarle su verga por encima de su pantalón. Sentí su excitación ya que su miembro estaba muy duro y noté que era grande y grueso. Él se levantó y nos besamos locamente, me apoyó contra la pared y  sus manos  me levantaron la falda, dejando mi cuerpo al descubierto, incluso mis senos. Sentí el roce de sus manos en mis senos,  me los acariciaba con intensidad, pellizcándome y besándome los pezones, yo estaba cada vez más caliente, le dirigía miradas libidinosas y estaba muy clara que estaba enseñando muchísima piel, tanta como era posible. A pesar de la oscuridad la gente nos miraba y a mí eso me tenía sin cuidado, al contrario me parecía bien, me gustaba.   El hombre se agachó y comenzó a lamerme y comerme mi coño,  hasta llevarme a un grado de excitación tal que no aguanté más y le dije que necesitaba que me follara allí mismo. Él se puso nervioso, ya que estaba consciente de que la gente a nuestro alrededor está muy pendiente de lo que estaba ocurriendo entre nosotros, se levantó y comenzó a ver a su alrededor buscando un sitio donde llevarme. Vio una puerta, nos dirigimos hacia ella, la abrió y notamos que era una especie de almacén bastante amplio, nos metimos dentro del mismo, me llevó contra una de las paredes y me voltió poniendome de frente  contra la pared.  En ese momento lo sentí mucho más relajado,  me levantó completamente de nuevo el vestido hasta por encima de mis senos. Se bajó el cierre de su pantalón, dejando libre un enorme y erecto falo, con el cual me rozó mis desnudas nalgas, mientras que con su boca me mordisqueaba la nuca y el cuello, girándome luego la cabeza para besarme.   Su pene sólo me rozaba, me hizo abrir las piernas y  rozó mi coño, noté que estaba muy excitado, me susurró al oído de nuevo que me deseaba. Yo le respondí que necesitaba sentirlo dentro de mí, me hizo inclinar contra la pared y yo, sin necesidad de que me lo pidiera, abrí aún más las piernas.  Sentí como su verga se acercaba a mi orificio vaginal, rozándolo sin llegar a penetrarme,  él estaba jugando conmigo,  mi grado de excitación era máximo,  entonces sentí como me penetraba. Al principio me empujó su verga fuertemente, intensamente, abriéndose paso dentro de mi cavidad vaginal la cual se fue amoldando para recibir su enorme miembro. Luego de penetrarme muy profundamente sus movimientos se hicieron más lentos.  Yo estaba completamente fuera de mí, necesitaba más, que me follara con más rapidez. El sin embargo  seguía moviendo su verga lentamente dentro de mí, aunque con mucha intensidad. Yo sentía  cada uno de sus movimientos, estaba cada vez más enloquecida. Él se dio cuenta de que yo estaba muy cerca de alcanzar un intensísimo orgasmo y entonces empezó a moverse más rápidamente, ahora sentía la fuerza que él estaba poniendo en cada una de sus embestidas, a las cuales impartía cada vez mayor rapidez, más intensidad, sus manos acariciaban mis pechos y no tardé en alcanzar una serie sucesiva de orgasmos cada uno más intenso que el anterior. El siguió follándome sin parar hasta que finalmente terminó en mi interior, llenándome por completo de semen toda mi cavidad vaginal. En ese momento me di cuenta de que la puerta del almacén se abrió y pude ver como dos de sus amigos entraban al mismo. Inmediatamente ambos comenzaron a desnudarse, masturbándose a fin de que sus enormes vergas se les pusieran duras. A mí no me importaba a esta altura nada, solo quería tener sexo y me daba igual comportarme como la más puta de las putas y tener sexo con los tres hombres a la vez. Así que cuando uno de los recién llegados se acostó en el suelo con su pene completamente erecto, no lo dudé ni un segundo y me senté sobre su verga haciendo que  me penetrase por entero en mi coño e inmediatamente me comencé a mover salvajemente. Mientras el hombre que me había traído inicialmente al almacén y su otro amigo se masturbaban  disfrutando de como  la verga de su amigo entraba y salía de mi coño y mis tetas se movían rítmicamente.  


Después de eso el otro hombre que acababa de llegar, se acercó a mi haciéndome indicaciones de que le cogiera su miembro, a lo que rápidamente accedí, comenzando a masturbarlo con muchísimas ganas y no tardé en acercar su falo a mi boca para  chupárselo, cosa que en ese momento hice mientras estallaba en una nueva serie de orgasmos.

En ese momento mamé la verga que tenía en mi boca con tantas ganas que no tardé en notar como unos espasmos recorrían el pene y unos chorros de semen empezaban a entrar en mi boca, apreté fuerte los labios y empecé a tragármelo todo, debo confesarles que en ese momento su leche me sabía a gloria.

El hombre que me estaba follando se salió de mi interior,  me hizo ponerme en cuatro patas y comenzó a follarme con mucha fuerza, estremeciéndome con cada una de sus embestidas. Lo que aprovecharon los demás para acercarse y meterme sus pollas en mi boca, llegando en un momento a tener las pollas de los otros dos juntas dentro de mi boca.

Sabía que me estaba comportando como una puta cualquiera y que estos hombres iban a tratarme como tal, pero en ese momento estaba disfrutando de tal manera que me daba igual. Durante un rato seguimos así, uno de los hombres follándome y yo chupándole las vergas y tragándome las corridas de sus compañeros, los cuales no hacían más que agarrarme las tetas y de mi cabeza empujándola para que no dejara de chuparles sus vergas. Cuando ya llevábamos un rato así el hombre que me estaba cogiendo en ese momento se separó, dándome la vuelta invitándome a tragarme su verga para también correrse dentro, teniendo un orgasmo larguísimo que hizo que me costase trabajo tragarme toda su corrida, la cual se me escapaba por la comisura de los labios.

Debido al cansancio quedamos los cuatro tumbados, ya exhaustos, hasta que después de un rato vi como de nuevo las tres vergas que tenía delante de mi volvían a crecer y tomar vida, por lo que mi excitación volvió a ser máxima,  me abrí de piernas y fui invitándoles de uno en uno a que me follaran mientras se la chupaba al siguiente, estaba disfrutando de verdad y me sentía muy puta, era increíble ser follada en un sitio como ese, por todos los 3 hombres, los cuales me miraban incrédulos ante el espectáculo que les estaba brindando. Después de unas dos horas follando, me sometieron a varias dobles penetraciones con felación, finalmente cuando quedaron completamente satisfechos, nos vestimos. Los amigos del hombre que originalmente me había seducido se marcharon y este me llevó de regreso a la mesa. Se sentó conmigo y me dijo – “Mi nombre es Raul, yo soy el director en Venezuela de una agencia de damas de compañia que funciona a nivel internacional, me encantaría que trabajaras para nosotros. ¿Estarías interesada?” – Le respondí – “Yo trabajo como independiente, pero me interesaría saber cuál sería tu propuesta” – El me dijo -"Antes de hacerte una propuesta final me gustaría contratarte para que me acompañes a una fiesta a la que voy a asistir el próximo fin de semana, pero quiero que sepas antes de que me respondas que en la misma habrá más de 50 invitados entre hombres y mujeres y yo pretendo que tu seas mi regalo para ellos" - "¿Que quieres decir con eso?" - Le pregunté. El me respondió de inmediato lo siguiente - "Deberas estar dispuesta a que cualquiera de esas personas que desee poseerte, lo pueda hacer en público y tendras que acceder a que puedan hacerte cualquier cosa  que deseen sin ningún tipo de límite, incluso follarte sin usar preservativo.. ¿Estarías dispuesta?" - Le respondí - "Eso que me estas pidiendo, no es algo usual" - "Lo se, pero lo que estoy dispuesto a pagarte tampoco es usual, ya que te cancelaré un monto equivalente a que tuvieses relaciones toda el fin de semana  con 50 personas más el valor del vestido que lleves puesto" - Me le quedé mirando y le dije - "Tu estas hablando en serio" - A lo que me respondio que por supuesto lo estaba haciendo y que incluso estaba dispuesto a darme un cheque por el monto acordado en este mismo momento. Me reí, y solo por seguirle la corriente y sin pensarlo en absolutto le respondí que estaba dispuesta a hacerlo. La sorprendida fui yo cuando sacó su chequera, me preguntó el valor del vestido que tenía puesto y me hizo un cheque por la totalidad de 50 veces mi tarifa por fin de semana completo más el valor del vestido y le añadio un 20% como propina. Luego me dijo - "Donde puedo recogerte el viernes" - Le dí la dirección aún sin salir de mi asombro.

El viernes a las 7:00 de la noche me fue a buscar, yo tenía puesto un vestido muy corto y zapatos de tacón alto, tal como puede verse en la foto Sin ningún tipo de ropa interior


Me monté en el carro, le dí un beso y le pregunté - "Esto es en serio" - "Claro que si, espero que estes dispuesta a participar en este espectáculo orgiástico donde tu vas a ser la protagonista. ¿Tu alguna vez haz tenido relaciones sexuales públicas con un grupo tan numeroso?" - Le respondi afirmativamente sin darle mayores detalles y mi cabeza voló a lo que había hecho en el club de Miami e inmediatamente sentí que mi vagina comenzó a humedecerse solo con pensar en eso.

Al llegar a la casa que estaba ubicada en los Guayabitos,  una zona residencial para clase alta en Caracas me dijo - "De ahora en adelante debes dejar que yo o cualquiera haga lo que quiera contigo,  ¿Estas lista?"- Le respondí afirmativamente. Nos bajamos del carro, Raul tomó un morral que tenía en el asiento trasero y nos dirigimos hacia la casa, está era enorme y se oia muchisimo ruido. Al llegar a la puerta nos detuvo una persona con una lista y preguntó por nuestros nombres para verificarlos en la misma. Obviamente Raul aparecía, pero yo no. En ese momento Raul me bajó la parte superior del vestido quedando mis senos completamente expuestos y dijo tranquilamente - "Esta es la puta que vamos a cogernos este fin de semana, yo y todos los presentes que lo deseen" - Yo quede impactada por sus palabras y su acción, pero no dije nada. Ya que indudablemente la verdad era que para eso había sido contratada por él.  

Cuando entramos , pude ver que la casa estaba realmente llena de hombres y mujeres, todos voltearon a verme ya que mis senos estaban descubiertos y era la única en esa facha. Raul me agarró por la mano y me llevó a uno de los salones, que era de donde provenía la música. Allí había en una tarima un conjunto músical que dejo de tocar al verme entrar. Raul me hizo subir a la tarima y tomó uno de los micrófonos  y pidio a la gente que se acercara para hacer mi presentación - Me pidió que me pusiera de espaldas al público, que abriera las piernas todo lo que pudiese y que me inclinara. Una vez que adopté la posición que me había solicitado, procedió a subirme el vestido dejando mi trasero completamente expuesto, con lo que tanto mi agujero anal como mi coño eran facilmente visibles. En ese momento dijo lo siguiente - "Esta mujer es una prostituta de lujo que he contratado para la fiesta. Ella estará disponible en forma gratuita para todas y todos los que deseen tener cualquier tipo de relación sexual con ella, de cualquier naturaleza ya sea en forma individual o en grupo, será nuestra esclava sexual por todo el fin de semana. Yo voy a proceder a desnudarla por completo en este momento y luego ella bajará de la tarima y estará disponible para ustedes" - Sin decir más nada procedió  a quitarme el vestido, el cual lanzó al público dejándome completamente desnuda y entendí porque había querido pagármelo. A continuación sacó del morral que traía consigo unas esposas unidas a un collar con una cadena y me colocó el collar y las esposas uniendo mis muñecas al frente.

Inmediatamente el conjunto reanudo la música y Raul me dijo vamos hacia las escaleras para que empieces por el segundo piso, ya que esa gente aún no te ha visto. Comenzamos a caminar rumbo hacia las escaleras, pero a medida que tratabamos de abrirnos paso sentía una gran cantidad de manos sobre mi cuerpo. sentía que me acariciaban y me golpeaban las nalgas, me tocaban mis senos, me apretaban mis pezones  e incluso me acariciaban la vagina. Al mismo tiempo que oia que me decian cualquier cantidad de obscenidades. En un momento que Raul se descuido, otro hombre me agarró y me metió en un salón lleno de gente, allí deberian haber unas 30 personas, lo que me hizo comprender que el cáculo de 50 hecho por Raul era bastante conservador. Este hombre me llevó al centro del salón me hizo inclinar y abrío mis agujeros exponiendolos a todos, mientras decia - "Miren que ricura de agujeros tiene esta puta, vamos a organizarnos para empezar a disfrutar de los mismos" - Sin perder tiempo comenzo a introducirme sus dedos por mi vagina  y al mismo tiempo otras personas se acercaron y me introdujeron sus dedos por mi ano y por mi vagina. Escupiendo mis agujeros para lubricarlos.




Yo estaba cada vez más excitada y como ustedes saben me encanta follar, y cuando lo hago me conviertó en una verdadera bestia sexual salvaje. Asi que comencé a dar rienda suelta a entregarme sexualmente a esa gente que me rodeaba. Debo confesar que lo único que me importaba en ese momento era que perforaran todos mis agujeros porque quería sentirme completamente llena. Ellos no se hicieron rogar, me sometieron primero a un fisting vaginal, luego a un fisting doble, vaginal y anal. Mientras las vergas comenzaron a aparecer y a introducirse en mi boca para que al mismo tiempo se las mamara.




Comenzaron a follarme en forma individual y también me hicieron DP. Cuando se cansaron de follarme me hicieron hacerle besos negros y a lamer los coños a varias de las mujeres presentes y luego comenzaron los hombres a follarme de nuevo mientras yo les lamía sus vaginas y anos a las mujeres. Así me tuvieron unas 2 horas.
   


Finalmente Raul apareció y me sacó de ese salón ante las protestas de la gente. El los calmó diciéndoles que me iba a llevar a otros salones y que luego me traería de vuelta. Yo estaba  terriblemente excitada, había ya tenido una serie de intensos orgasmos y lo único que atinaba a decirle era que deseaba más sexo. El me dijo - "No te preocupes vas a tener por dos días más  todo el sexo que quieras". Llegamos a la escalera para subir al segundo piso. Allí nuevamente me interceptaron y me cogieron por todos mis agujeros 5 hombres distintos. Ademas de que trajeron un palo provisto de un dildo grande y grueso con el que me follaron por mi vagina y por mi ano. A continuación Raul los convencio de que me dejaran subir al otro nivel, lo aceptaron, pero me hicieron subir las escaleras de rodillas mientras me follaban por mi vagina con el dildo sujeto al palo. Mi nivel de excitación estaba al máximo y solo queria que me siguieran follando y sabía que no iba a tener ningún problema con eso ya que a lo largo de la escalera y arriba me esperaban al menos otras 30 personas, entre hombres y mujeres dispuestos a utilizarme todo lo que pudieran


Al llegar a arriba, me follaron todo lo que quisieron, de todas las formas posibles. Por unas 3 horas. Al rato Raul me buscó y me llevó a otros salones para que los allí presentes disfrutaran de mi cuerpo. Finalmente una vez que visite cada una de las salones de la casa, donde los presentes me hicieron lo que quisieron, Raul me llevó a una de las habitaciones de la casa, donde me pidio que me acostara en la cama, diciéndome - "Aquí te quedaras y deberas tener relaciones sexuales con cualquiera que lo quiera" - Le dije que estaba bien y  así pasé el resto del fin de semana, entregándome en ese sitio a quien quisiera disfrutar de mi. No se con cuantas personas tuve sexo, pero fueron muchisimos hombres y mujeres los que me tomaron en forma individual y en grupos. Solo pararon para dejarme dormir unas 4 horas y para permitirme ir al baño cuando tuve necesidad. 

Quizas lo más resaltante fue cuando entraron un grupo de 4 negros, los cuales se desnudaron por completo y pude notar que cada una de sus vergas eran gigantescamente largas y gruesas. Me hicieron parar de la cama, me dijeron que para ellos era muy incomodo ponerse condon por las dimensiones de sus miembros, asi que me iban a follar sin protección alguna. Les respondí que por mi estaba bien.. Uno de ellos se acostó, me hicieron sentar de frente sobre el, de modo que su verga me penetrase mi coño , me puso uno de sus brazos por mi cintura y me atrajo contra su cuerpo. Al hacer esto mi ano quedó completamente expuesto. Me hicieron levantar solo la cabeza para que mamara la verga de otro, mientras el negro sobre el que estaba sentada comenzo a follarme intensamente. Al poco rato senti que separaban mis nalgas y un enorme pene se introdujo de una sola vez en mi hueco trasero. Esto me hizo gritar, pero me forzaron a seguir mamandole el pene al tercer hombre, mientras los dos que ocupaban mis agujeros comenzaron a follarme al unisono cada vez mas fuertemente. La doble penetración a la que me estaban sometiendo no tardo en producirme un fuerte orgasmo. Al poco rato el que me estaba cogiendo por el culo se salio, ocupó el sitio frente a mi boca y el hombre al que le estaba mamando la verga me penetró por el ano. Asi se fueron rotando hasta que cada uno me cogio dos veces por cada uno de mis agujeros. Lo increible era que yo tenia orgasmo tras orgasmo, pero los hombres a pesar de todo lo que me follaron no acabaron en ese momento. Luego me voltearon acostandome de espaldas en la cama y comenzaron nuevamente a follarme y lo hicieron uno por uno exclusivamente por el ano. Yo estaba enloquecida de deseo y no queria que pararan. Luego que todos me habian follado en esa posición, me hicieron ponerme en cuatro patas sobre la cama, con mi culo muy levantado y los cuatro me follaron nuevamente por mi orificio trasero. Era muy evidente que ese era su orificio preferido. Cuando estaba en esa posición nuevamente me hicieron que les mamara una a una, las vergas que iban saliendo de mi culo. Una vez que los 4 me volvieron a follar, uno de ellos se acostó en la cama y me hicieron sentarme sobre él, pero esta vez dandole la espalda a su cara y me penetró por el coño. Estuvimos follando un rato de esta manera hasta que me hicieron detenerme y me pidieron que me introdujera la verga del hombre por mi orificio trasero en lugar de ocupar mi cavidad vaginal. Así lo hice, me empujaron hacia atras y mi coño quedo expuesto. Cada uno de ellos comenzo a follarme por el coño mientras mi culo seguía ocupado. Esta nueva serie de dobles penetraciónes me llevaron al éxtasis absoluto. Mientras dos de ellos ocupaban mis agujeros yo masturbaba con mis manos los miembros de los otros dos. Nuevamente se fueron rotando hasta que cada uno de ellos me cogio por cada uno de mis agujeros anal y vaginal. Luego me pusieron de lado en el borde de la cama, uno me penetró por el ano y otro por mi boca. Asi se fueron rotando y el que salia de mi ano iba a ocupar la posición en mi boca. Cuando los 4 me follaron por el ano, comenzaron a hacer una nueva ronda pero follandome por mi coño, mientras yo se la mamaba a otro. Cuando todos pasaron por mi coño, me hicieron poner de nuevo en cuatro sobre la cama con el culo parado y comenzaron una nueva ronda para follarme por el culo, con la diferencia de que esta vez cada uno acabo dentro de mi agujero trasero y cuando venian a mi boca era para que les dejara completamente limpia sus vergas. 

Mientras estabamos en ese proceso, uno de ellos se alejó y dejo entrar a otros 4 hombres negros, los cuales se desnudaron y tenian tambien unas vergas descomunales. Los cuatro recien llegados comenzaron a someterme a la misma rutina que los primeros y cuando llegamos al segundo paso, que era cuando me colocaron en cuatro patas en la cama, ya los cuatro primeros estaban completamente recuperados y se integraron a la rotación que pasó a ser de 8 en lugar de 4. Al final una vez que pasamos por cada una de las posiciones, los 8 eyacularon sobre mi, dejandome completamente impregnada de semen de pies a cabeza. Tuve que bañarme antes de que entrara la siguiente persona que deseaba follarme.




En la tarde del domingo como a las 5, Raul entró en la habitación, me puso su chaqueta por encima y en un descuido de la gente me sacó de la casa y me llevó al carro. Allí me dijo -"Vamos a almorzar el próximo viernes"- Le respondí que si y me llevó a mi cabeza. 

El viernes me recogió como a las 12:30 y me llevó a un restaurant de carne ubicado en Las Mercedes  – Yo me había vestido muy sensual, con una micro falda muy corta y un top escotado, amplio, que dejaba mi ombligo al aire. Nada de ropa interior y calzaba unas sandalias muy altas.



Cuando llegamos al restaurant este estaba ya bastante lleno. Nos dirigimos a una mesa que estaba al final del restaurant en una esquina. Nos sentamos, ordenamos las bebidas y Raul me dijo - "Me deseas complacer" - Le respondí que si y me dijo - "Abré las piernas, súbete la falda hasta la cintura para que tus nalgas desnudas queden sobre la silla y masturbate con tu mano la vagina" - "Estas loco, todo el mundo me va a ver" - Le respondí. Raul  se rio y me dijo - "Tu acabas de tener sexo con un montón de desconocidos el fin de semana pasado, que importa que te vean, tienes que aceptar que tu eres una puta" - Procedió a sacarse su verga del pantalón, yo estaba impresionada pero reaccioné, me coloqué como él me habia pedido y comencé a masturbarme. El me dijo - "Mastúrbame a mi también sin dejar tu de masturbarte" - Yo con mi otra mano comence a masturbar su verga. Al poco rato se paró echo mi silla hacia atras y se paró frente a mi para que yo obviamente le mamara su verga, Yo no podia creer lo que estaba pasando y más aún que me prestara a hacer esto, pero debo confesar que estaba muy excitada y sin importarme donde estaba procedí a meterme su verga en mi boca y comencé a mamarsela. Obviamente al inclinarme para hacerlo se hacía más evidente para quien nos viera que yo tenía mi falda a nivel de la cintura. A medida que le lamía la verga me olvidé de todo lo demas. El estaba cada vez más excitado por lo que repentinamente me hizo parar y me quitó el top dejando mis senos desnudos a la vista de todos los presentes. Los mesoneros no sabian como reaccionar para detener lo que estabamos haciendo y se limitaban como la mayor parte de los presentes en el restaurant a presenciar nuestro acto lascivo. Me hizo inclinar colocando mis manos sobre la mesa, yo abrí las piernas todo lo que pude ya que sabía que iba a follarme allí mismo. Lo cual sin más espera, procedió a hacer. Me folló a su gusto por mi coño haciéndome acabar varias veces hasta que finalmente acabó en mi interior. Me imagino la cantidad de fotos y videos que nos tomaron. Me hizo sentar de nuevo sin dejarme poner el top, pidió la cuenta y unas servilletas para que nos limpiaramos. Pago y nos marchamos, haciéndome caminar hasta la salida con mis senos al aire y luego tuve que esperar así mismo que el acomodador trajera el carro de Raul.

Cuando salimos nos dirigimos hacia Valle Arriba, me entregó el top y me dijo - "Ahora vas a seducir a 4 amigos que estan almorzando en el Club Valle Arriba, ellos estan celebrando el cumpleaños de uno de ellos. No te preocupes que yo te voy a pagar tus servicios con un 50% más de tu tarifa para que te dejes coger por ellos 4 en los campos de Golf del Club. Yo lo mire como si Raul estuviese enloquecido, pero estaba todavía tan excitada e impactada por lo que acabábamos de hacer en el restaurant que no respondí nada. Llegamos al Club y nos dirigimos hacia la la parte externa del restaurant, ya que sus amigos estaban sentados en una mesa allí con vista a los campos de Golf. Nos acercamos al sitio donde estaban y Raul me dijo - "Muéstrales tus senos y tu culo e invítalos a salir" - Yo me abrí el escote y  les mostré mis senos mientras les sonreia seductoramente, luego me puse de espaldas a ellos y me subi la parte de atras de la falda hasta la cintura dejándoles ver mi culo. No tardaron en salir para venir hacia donde nos encontrabamos nosotros. Raul me dijo _ "Quítate el top y me lo das" - Le respondí - "Hay mucha gente aquí" - Raul me insistió diciéndome - "Yo te contraté como puta para que te entregaras a esos 4 hombres y tu aceptaste" - Me quité el top y cuando los hombres llegaron, se quedaron pasmados al verme así con mis senos al aire - Raul me presentó diciendo - Esta es una puta que he contratado para ustedes y este es Francisco el cumpleañeros, a quien te vas a entregar primero" - Francisco miró a Raul y dijo - "De donde sacaste esta maravilla, donde se supone que me la voy a follar" - Me agarró por la cintura y esperó expectante la respuesta de Raul - "En los campos de Golf" - Dijo Raul - "En serio, a ella no le importa que la vean follando con nosotros, hay gente jugando y trabajadores haciendo mantenimiento" - Raul dirigiendose a mi me preguntó - " ¿Gloria, tu tienes algún problema con eso?" - Yo respondí negativamente. 


Francisco me agarró de la mano y nos dirigimos a los campos de Golf que quedan del lado sur frente al Club por lo que tuvimos que atravesar la avenida Nicolas Copernico la cual es la avenida principal de Valle Arriba, donde las personas que circulaban en sus carros se nos quedaban viendo y varios tocaron corneta, supongo que muy asombrados de que hubiese una mujer caminando por allí con sus senos descubiertos y una microfalda como único vestuario. Al llegar a la calle de La Sierpe nos dirigimos a la primera puerta de entrada a los campos de Golf que esta sobre esta calle, una vez dentro nos dirigimos a una mesa de descanso ubicada allí muy cerca del acceso a este sector. Noté que estábamos bastante descubiertos ya que además de los jugadores y del personal del club, el sitio era visible desde la calle y desde las casas que circundan el campo de Golf.  Pero no me dio tiempo de comentar nada, ya que de inmediato al llegar allí Francisco me quitó la micro falda dejándome completamente desnuda y se sacó su verga pidiéndome que se la mamara. Yo me puse de rodillas y comencé a mamarsela, cuando la tuvo bien dura, se acostó sobre la grama, se puso un condón y yo me senté sobre su verga de espaldas a su cara de forma que esta me penetró por el coño y comencé a cabalgar sobre la misma con intensidad. Al principio debo admitir que estaba nerviosa porque había mucha gente pasando cerca de donde estábamos follando e incluso varios carros tocaron corneta, pero luego me entregué por completo a lo que hacia y no tardé en alcanzar una serie de orgasmos seguidos, hasta que Francisco acabó en medio de gemidos. Inmediatamente otro de sus amigos ocupó su puesto, pero esta vez me penetró por el ano. Una vez que estuve cabalgando un rato sobre su verga me abrazó haciéndome echar para atrás lo que aprovechó otro de sus amigos para penetrarme por el coño haciéndome de esta manera una doble penetración. Me follaron así, mientras el tercer amigo introdujo su verga en mi boca. Estuvimos follando por un largo rato donde se turnaron en cada uno de mis agujeros, uniéndose prontamente Francisco a la rotación. En ese momento vimos que unos guardias de seguridad se dirigian hacia nosotros, Raul fue hacia ellos y los convenció de dejarnos un rato más tranquilos. Francisco le dijo a Raul - "Esto es una locura, nadie ha hecho una cosa como esta aquí en toda la historia del Club. Pero vale la pena esta puta esta riquísima y coge increiblemente" - Seguimos follando por una hora más, donde me pusieron en cuatro y me cogieron cada uno por cada uno de mis agujeros, hasta que de nuevo se acercaron los vigilantes y le dijeron a Raul que teniamos que retirarnos, antes de hacerlo le hice garganta profunda a cada uno de los amigos de Raul, los cuales terminaron en mi boca tragándome yo todo su semen. 

Una vez que nos despedimos de sus amigos, Raul me hizo caminar completamente desnuda hasta el estacionamento y montarme desnuda en su carro y allí me dijo - “El fin de semana pasado te portaste increiblemente, yo pensaba que no ibas a poder con este trabajo y me ibas a pedir que te llevase a tu casa mucho antes de lo que yo decidí hacerlo. Hoy follaste conmigo públicamente en uno de los restaurantes de carne mas populares de Caracas y ahora has follado en pleno día con cuatro hombres en los campos de Golf del Club Valle Arriba . Tu te acuerdas que tu me habías preguntado cual era mi propuesta para que te trabajaras para nosotros, pues bien te la voy a plantear ahora. Yo estoy buscando mujeres hermosas y tan  putas como tú, para que trabajen como prostitutas unos meses en el Barrio Rojo de Amsterdam. Luego si todo va bien te trasladaremos para que prestes tus servicios a clientes de alto nivel económico del Medio Oriente. ¿Qué piensas?” – En principio me sorprendió lo claro que Raúl me había hablado, sin embargo prefería que fuese así. Sopesé todo lo que conllevaba la oferta que me estaba haciendo, yo pensaba que podría ser algo de lo más morboso, además de que cada día que pasaba me era más difícil conseguir tener éxito en mis intentos de reducir o frenar mi actividad sexual, me daba perfecta cuenta de que mi comportamiento se estaba transformando en una conducta constante, que se intensificaba hasta un punto tal que el deseo sexual controlaba todos los aspectos de mi vida y me sentía completamente impotente en mis esfuerzos por tratar de cambiar esa situación. yo no podía dejar de pensar en sexo, al grado de que trabajar, establecer relaciones sanas y hacer cualquier otra cosa me era cada vez más dificil. Mi mente estaba fija en tener relaciones sexuales todo el tiempo. Yo parecía como una perra en celo y como no tenía un perro en mi casa que me diera satisfacción, salía todo el tiempo a buscarlo afuera y cualquier perro me venía bien.  Incluso   sentía a veces que a pesar de tener sexo con bastante frecuencia, no podía saciar mi deseo de tener más sexo. Ante todo este panorama, sin duda una alternativa para mi podía ser trabajar como prostituta en un sitio como ese.

Desde hacía un cierto tiempo yo me preguntaba con cierta frecuencia que experimentaban las prostitutas que trabajaban vendiendo sus servicios en la calle o en los prostíbulos y más de una vez se me había pasado por la cabeza, la idea de experimentar como sería trabajar como prostituta en las calles, pero nunca me había atrevido a hacerlo en Caracas. Desde ese punto de vista lo que Raul me estaban ofreciendo era una verdadera oportunidad para vivir eso, además de la ventaja de poder hacerlo fuera de Venezuela donde nadie me conociera y vivir esa experiencia en un sitio como el Barrio Rojo de Amsterdam, uno de los lugares de venta de sexo más famosos del mundo, era ciertamente una posibilidad  muy atractiva. Por otra parte el hecho de vender sexo no era algo nuevo para mi, ya que era bastante evidente que era lo que yo estaba haciendo, de una forma cada vez más frecuente. Además de lo que había tenido que hacer en Qatar, donde sin duda había estado trabajando como prostituta.  Sin embargo me parecía esto era para mi una gran oportunidad para dar por mi propia voluntad, el paso que me separaba de lo irreverente, de lo perverso, de lo prohibido y poder experimentar lo que eso implicaba.

Por otra parte yo tomaba mis decisiones morales basándome en solo mi  conciencia, influenciada en forma importante por mi necesidades sexuales, sin importarme si mis decisiones eran acordes con la ética normal de la gente, incluso sin importarme si las mismas transgredían leyes existentes. También a pesar del hecho de que yo estaba muy clara que yo era una prostituta compulsiva, es decir, que yo lo hacía por la emoción de entregarme a desconocidos  y no tanto por el dinero, lo cual sin duda ya me había causado variados tipos de problemas en mi vida y en mis relaciones sociales, la última parte de la oferta sonaba sumamente lucrativa, ya que me permitiría llevar una vida mucho más holgada porque sin duda mis ingresos podían mejorar considerablemente, yo había escuchado sobre las enormes sumas que esos hombres poderosos del Medio Oriente son capaces de pagar cuando les gusta una mujer y como a mi me encanta tener sexo, si encima me van a pagar mucho dinero  por ello. ¿Qué más podía pedir? Este atractivo era irresistible.

A pesar de que sin duda esta decisión podía no estar exenta de riesgos desconocidos para mí.  Ese factor para una adicta al sexo como yo, no era fundamental a la hora de tomar una decisión. Ya que sin importar que estuviese en peligro mi salud física, mi integridad moral o emocional, yo siempre querré  tener sexo, tal como era evidente por mis acciones del fin de semana y del día de hoy.

Mientras estaba pensando todo eso, Raúl interrumpió mis pensamientos diciéndome – “Anda sólo necesito tu respuesta, yo me ocupo de todo lo demás” – Yo lo miré directamente a los ojos  y decidí aceptar,  respondiéndole – “De acuerdo cuenta conmigo” – La verdad era que ya no deseaba seguir pensando en lo que me estaba metiendo. Raúl se sorprendió de lo rápido que había tomado la decisión y él obviamente no estaba dispuesto a perder la oportunidad de reclutar a una mujer tan atractiva y tan abierta de mente como yo le acababa de demostrar que era. Así que tres días después estaba tomando un vuelo en primera clase en dirección a Amsterdam. Sin embargo durante el viaje pensé varias veces si no había tomado una decisión equivocada, incluso cuando arrivé a Amsterdan estaba a punto de renunciar a todo y buscar donde comprar un pasaje para devolverme a Venezuela. Cuando estaba a punto de buscar la forma de hacer eso,  vi a un gigantesco hombre muy bien vestido al salir de la aduana del aeropuerto de Amsterdam con un letrero con mi nombre. Me dirigí hacia donde él se encontraba, me identifiqué y el hombre en perfecto inglés y con mucha amabilidad cogió mis maletas y me indicó que nos dirigiéramos al estacionamiento. No me dio tiempo de decir nada más, pero pensé que en todo caso podía probar por unos días y si no estaba a gusto, podía marcharme luego sin ningún problema. Al llegar al estacionamiento me indicó que me dirigiera hacia un enorme Mercedes negro, al acercarme otro hombre gigantesco salió del carro y muy caballerosamente me abrió la puerta trasera. Entré al carro y de repente me encontré sentada entre dos hombres enormes, él que me había recibido y él que me había abierto la puerta. En el asiento delantero había otro par de hombres, que sin duda sobrepasaban los trescientos kilos entre ambos, muy poco de ello de grasa por lo que alcanzaba a ver.

El hombre que me había recibido me dijo que se llamaba Rashid, que todos ellos eran de Tayikistán y me pidió que le entregara mi cartera. Yo me asusté ante esa solicitud pero obviamente no me quedaba otro remedio. Él la tomó, sacó mi pasaporte y mi billetera con todo mi dinero y mis documentos. En ese momento me dijo – “No te preocupes, nosotros hemos comprado tu contrato y te devolveremos todo esto cuando termines de rembolsarnos lo que hemos pagado por ti” – Yo no supe que contestar, yo había leído muchas historias sobre la trata de mujeres, pero jamás me imaginé que yo podía verme envuelta en ese tipo de situación. El hombre me presentó a cada uno de sus compañeros diciéndome que se llamaban Farkhod, Nuriddin y Yusuf. Me dijo que yo estaba a su cargo y que ellos se alternarían cuidándome. Obviamente yo debería estar dispuesta a tener relaciones sexuales con cualquiera de ellos cuando me lo pidiesen y sin ningún costo. Ellos comentaron algo en un idioma completamente extraño para mí y se rieron, viéndome con mucho deseo.

Yo no sabía que decir. Estaba totalmente abrumada por la situación y preferí escuchar y callar. Él me explicó que ellos pertenecían a un grupo que poseía una red de prostitución que funcionaba en varios países europeos y africanos. El añadió – “Ahora tu formas parte de nuestro mundo. En el tú eres amiga o enemiga. Te ruego que recuerdes que si intentas comunicarte con alguien por el medio que sea, serás considerada como una enemiga. No habrá una segunda oportunidad. Si eres nuestra enemiga no saldrás viva de aquí, eso puedo garantizártelo”.

Finalmente llegamos al famoso Barrio Rojo, el área no era tan grande, Rashid me comentó – “El Barrio Rojo de Amsterdam es conocido como la meca de la prostitución, las drogas y el sexo libre. Por la noche las prostitutas de guardia son las más hermosas, a ti te hemos designado para que trabajes en ese turno aunque puedes trabajar dos turnos si lo deseas, y cuando otra mujer ocupe tu puesto en la vitrina, puedes tratar de buscar clientes en alguno de los bares cercanos o en la calle. Ya que de esa forma podrás recuperar más rápidamente tus papeles. Muchas de esas mujeres son despampanantes europeas del Este traídas hasta aquí con falsas ofertas que luego al igual que tú se ven atrapadas en este oficio”.

Luego añadió – “Como puedes ver lo más destacado aquí, como también lo más comentado y observado, son las vitinas donde las prostitutas se contonean al ritmo de la música o asumen poses eróticas sin ningún pudor, con la finalidad de ofrecer sus servicios. Esto es sin duda un distintivo inconfundible de esta zona. Los locales de prostitución se encuentran abiertos tanto de día como de noche. Durante el día no hay mucha actividad, sin embargo es entonces cuando muchos clientes buscan satisfacer sus necesidades, ya que en la noche hay miles de personas caminando por estas calles y la tentación debe ser muy grande para que los clientes se atrevan a cruzar las puertas buscando tener sexo. Sin embargo cuando el sol se va, sucede una metamorfosis del barrio. Las luces rojas toman las calles, las vitrinas y los canales. Las habitaciones también tienen iluminación fluorescente, de forma que el escaso atuendo de las chicas reluzcan para poder seducir a los clientes con su gran oferta y los sex shop florecen. La máxima afluencia de público tiene lugar las noches de los fines de semana. Es cuando miles de personas, la mayoría curiosos, se pasean tranquilamente por el barrio, entre los escaparates del distrito rojo. La entrada a estas calles es abierta, de forma que puede acceder cualquier persona, algo que no ocurre por ejemplo en otros sitios como por ejemplo el barrio Reeperbahn de Hamburgo, el cual está restringido a los menores de edad. La prostitución está legalizada desde 1911 en los Paises Bajos  y a partir del año 2.000, los burdeles han dejado de estar prohibidos. Como curiosidad, te diremos que si un cliente tiene pensado tener contacto con una prostituta, bastará con acercarse a una de las vitrinas. Sin embargo tú puedes no  abrir la puerta y estarías ejerciendo tu derecho a elegir el cliente. En caso de abrirla, puedes establecer la tarifa.  A modo de información, debes saber que mientras más alta esté la vitrina, más barato será el servicio. En tu caso, el sitio donde trabajaras está ubicado en la planta baja en la calle más célebre del barrio que  es la calle central llamada Warmoestraat, la cual además está repleta de bares y siempre circula mucha gente, Recuerda que en la Zona Roja, así como en Ámsterdam en general, los límites lo pones tú. Tu tarifa sera en principio de 50 Euros por cada 15 minutos cuando se trate de una relación oral o vaginal. Si el cliente desea otra cosa puedes incrementar esa tarifa de común acuerdo con él. Lo que te pedimos es que trates de que tus clientes usen preservativos para evitar cualquier enfermedad”.

Finalmente llegamos al local donde nos dirigíamos, en el escaparate había una chica muy joven y guapa, con el cabello muy negro que caía sobre sus hombros desnudos. Tenía puesto únicamente un tanga blanco, tacones de aguja, quedando sus grandes pechos completamente expuestos. Al vernos llegar la mujer abrió la puerta, corrió las cortinas que era la forma de indicar que la habitación y la mujer que allí trabajaba estaban ocupadas. Cuando entramos pude observar que el espacio era reducido, había un lavamanos, un retrete y naturalmente una cama. Al lado del lavamanos y en la entrada había unos botones que me explicaron que los debía pulsar en caso de emergencia. En ese momento se presentaba la policía o uno de mis guardianes y se llevaban a rastras al cliente que se había sobrepasado para tratar de obtener satisfacción. Esta era una de las zonas mejor vigiladas de la ciudad y además siempre uno de los Tayikos iba a estar cerca de mí. Había otras dos puertas al fondo, una era la habitación de la mujer que no estaba trabajando en su turno en la vitrina, la cual tenía también tenía un acceso externo por si traía otros clientes de los bares cercanos o de la calle. La otra puerta daba a otra habitación donde estaba siempre uno de los Tayikos.

Rashid le dijo a la mujer que se marchara y no regresara por las próximas 4 horas. Esta me vio de arriba abajo y se marchó. Desde el cuarto de al lado llegaban altos y claros los sonidos de un cliente feliz. Luego se dirigió a mí y me ordeno que me desnudara. Yo tenía puesto un minivestido negro con unos botines de tacón alto y absolutamente nada más. Como puede verse en la foto.



Por ello al quitarme el vestido quedé completamente desnuda. Ellos me dijeron que me cambiara los botines por unos zapatos de tacón de aguja y que me exhibiera así desnuda en la vitrina. Los obedecí sin chistar ya que sabía que no podía echarme para atrás. Me metí dentro del escaparate, una vez adentro encendí la luz, la cual era de un color rosado tenue, eso realzaba mucho mi piel. Retiré las cortinas casi con miedo, pero al instante que lo hacía empecé a moverme de una forma sensual empezando a meterme en el papel que tenía que adoptar por un tiempo, que en este momento me era totalmente indefinido.
 
Al poco tiempo se formó un pequeño grupo de hombres frente a la vitrina, en ese momento me dije para mí misma, que yo era una mujer muy segura de mi misma y completamente consciente de mi sexualidad. Yo sé que tengo el rostro, la actitud y el cuerpo para mostrarme desnuda delante de quienes quisieran verme a través del  cristal de la vitrina, fue cuando me empecé a sentir más tranquila, me  solté algo más y me acerqué con una sonrisa mucho más pícara al grupo de mirones que estaban absortos  disfrutando de mi desnudez. Quiero aclararles que yo soy de las que opina que no tiene absolutamente nada de malo que una mujer sea vista y tratada como un objeto sexual.

Yo me sentía cada vez más cómoda desempeñando mi papel, pero había algo con  lo que yo no había contado, noté que uno de los hombres del grupo tenía la firme decisión de no solamente mirarme, sino que obviamente estaba decidido a dar el paso siguiente  para disfrutar de mis servicios. Lo vi enfrente de mi mirándome me quedé por unos segundos congelada, sin darme cuenta e instintivamente traté de usar mis manos para cubrirme y me eché para atrás, me sentía turbada por su mirada, fue todo muy rápido él se dirigió a la puerta y entró.

Yo no podía articular palabra, sin decir nada el hombre se acercó a las cortinas y las cerró, yo sabía muy dentro de mí que esto no debería ser ninguna sorpresa para mí,  yo sabía que esto tenía que ocurrir, ya que yo estaba parada en esa vitrina ofreciendo mi cuerpo en venta y obviamente alguien iba a decidirse a tomar lo que yo sin ningún pudor les ofrecía. Sin embargo, aún no había reaccionado del todo, ya que nunca antes había hecho esto  de esta forma, por lo que solo acerté a decir – “Verás, tú eres mi primer cliente”.

El hombre se sonrió, se acercó hasta a mí, me puso un dedo en la boca me tomó del brazo y me llevó hasta la cama, me acostó en la cama. Se quitó la ropa sin prisa alguna mientras sus ojos iban recorriendo mi cuerpo y se podía ver claramente el deseo en ellos. Se apoyó con las rodillas en la cama. Yo abrí  mis piernas ofreciéndole mi sexo y él sin dudarlo empezó a pasar su lengua por mi clítoris y por mi coño. Yo  sentía como se iba abriendo camino hasta introducir su lengua dentro de mi abertura vaginal. Yo comencé a gemir de placer al notar como metía  y sacaba su lengua de mi coño, cada vez con mayor rapidez hasta el punto de que yo ya no podía aguantarme más y alcancé mi primer orgasmo. Sentía mi cuerpo como temblaba de placer y de deseo. El interpretó claramente mis señales y me penetró muy profundo con su duro miembro y comenzó a moverse rítmicamente, mientras yo abría mis piernas para rodearlo por la cintura, era tal la sensación de placer que no pude resistir y llegue a mi segundo orgasmo, al tiempo lo apreté más contra mí, no quería dejarlo ir, quería más. El siguió follándome  cada vez con más fuerza e intensidad y esta vez alcancé una serie sucesiva de orgasmos, al poco tiempo sentí que el hombre con un alarido de placer maravilloso acababa dentro de mi coño y un rio de semen se deslizaba hacia lo más íntimo de mi conducto vaginal.

Estábamos  acostados el uno cerca del otro, el hombre  comenzó a jugar con mis pezones, que al instante reaccionaron a sus caricias poniéndose muy duros. Yo acerque mi mano hacia su falo y note de que este volvía a estar erecto, sentía como  latía entre mi mano, sin pensarlo me puse en cuatro patas sobre la cama dirigiendo mi boca hacia su verga y empecé a lamérsela despacio desde abajo hacia arriba, notaba sus espasmos de placer, sobre todo cuando me la introduje en mi boca, le oía gemir de gusto, eso sin duda me excitaba mucho.

De pronto apartó mi cara de su miembro y se puso detrás de mí, comenzando a lamerme el culo con su lengua, yo  abrí más mis  piernas y el comenzó a introducirme su lengua en mi ano, era tan placentero lo que sentía que creí morir de placer, pero yo sabía que aún faltaba lo mejor y así ocurrió. Él  acercó su pene a la entrada de mi culo y lo empujó logrando que su glande se abriera paso a través de mi ano y así  fue penetrándome por el culo hasta que toda su verga fue completamente engullida, yo  apoyé mi boca en la almohada para amortizar el grito de placer que me salió desde lo más hondo de mi alma.

Era tanta la excitación que con unos pocos movimientos, ambos llegamos al orgasmo. Nos quedamos un rato en esa postura disfrutando de ese maravilloso instante mientras el acababa por completo en mi interior. Luego se paró, se vistió, colocó una buena cantidad de dinero sobre una mesa y se marchó.

Yo estaba muy excitada, me lavé y recordé que debía insistir en que mis clientes usaran condón, cosa que en este caso había olvidado por completo, lo que era sumamente riesgoso para mi salud. Yo me vanaglorio de ser una persona que se adapta a todo tipo de situaciones y trato de sacarle el lado positivo a todas las circunstancias así  que me dispuse a exhibirme de nuevo en la vitrina y no tardé en tener un nuevo cliente.  Estuve follando por cerca de 6 horas más. En ese momento los hombres que me habían traído salieron del cuarto posterior y me dijeron que debía dejarle el turno a la otra mujer y que podía irme a descansar. Me dijeron que estaban satisfechos con mi trabajo y que esperaban que me esforzara mucho para recobrar mis documentos. Les entregué todo el dinero que había recibido por mi trabajo y me fui a dormir.

Así pase tres meses trabajando como puta en el Barrio Rojo de Amsterdam. Follé con un innumerable número de hombres a los que tuve que complacer de muchas maneras distintas. Trabajaba dos turnos en la vitrina y luego salía a buscar clientes en los bares e incluso en las calles usando  un vestido que me habían dado los Tayikos, el cual  era sumamente revelador ya que estaba hecho de trenzas permitiendo ver mi cuepo desnudo a través de las mismas y además dejaba mi culo completamente expuesto. Por supuesto que cuando me lo ponía, no usaba ningún tipo de ropa interior.


También ofrecí mis servicios en los cines pornos tradicionales. Las veces que lo hice fue muy lucrativo. Les voy a contar como fue que esto ocurrió. Dado que quería ganar dinero lo más rápido posible, una de las chicas que también trabajaba como prostituta me sugirió que fuera a los cines pornográficos tradicionales ya que allí posiblemente iba a ser la única mujer entre un montón de hombres avidos de sexo. Al principio no me gusto la idea, pero un día que estaba lloviendo y las cosas estaban un poco flojas en la calle, se me ocurrio probar lo de ir al cine a ofrecer mis servicios, me puse un impermeable, unas sandalias muy altas y nada más. Vestida de esta forma me fui a uno de los cines pornos cercano, escogiendo en ese momento uno  que tenía bajo movimiento, ya que quise probar como me iba antes de meterme en uno más grande. Cuando entré en la sala, pude observar que en ese momento habían como unos 10 hombres y ninguna mujer. Además era bastante evidente que al menos unos 3/4 de los presentes se estaban masturbando. La entrada estaba al final del cine, en el lado opuesto de la pantalla. Me dirigí a la primera fila de forma que todos me vieran, me senté y me quité el abrigo quedando completamente desnuda y comencé a acariciarme mi sexo y mis senos. No pasó mucho tiempo hasta que sentí una mano sobre mi seno izquierdo. me volteé y le dije al hombre cual era mi tarifa, me pagó e inmediatamente se pasó a mi fila, tenía su verga afuera ya erecta, se la acaricié mientras el me acariciaba mi cuerpo. Comencé a mamarle su verga y cuando sentí que ya estaba lista, me senté sobre ella, luego de pedirle que se colocara un condón. Follamos ante la vista del resto de los hombres pesentes, gemí como una loca, mientras alcanzaba un orgasmo tras otro. El hombre acabó y se levantó, me imagino para dirigirse al baño. Inmediatamente otros dos hombres se sentaron, cada uno a un lado de mi. Les indiqué mi tarifa y ellos sin pensarlo me entregaron el dinero, con la condición que follara con ambos a la vez. Le pedí un 20% más por complacerlos y me lo dieron sin rechistar. Los hombres me acariciaron, les mamé sus vergas y, me follaron cada uno en forma independiente mientras le mamaba la verga al otro. Luego me hicieron una doble penetración mientras me cargaban entre ambos. Obviamente a nadie de los presentes se le paso inadvertido lo que haciamos. Esto fue el disparador, al poco rato tenía una fila de hombres esperando por mis servicios. Follé con todos los presentes y con varios más que entraron durante ese lapso de tiempo al cine. Con algunos hasta 2 y 3 veces. Finalmente decidí retirarme a pesar de las protestas, ya que deseaban seguir teniendo sexo conmigo, pero ya estaba cerca mi turno en la vitrina y tenía que marcharme, ya que no podía dejar de estar allí a la hora precisa. Fue una tarde provechosa desde todos los puntos de vista y la repetí varias veces en diferentes cines porno.


Tuve que follar numerosas veces con los Tayikos que me cuidaban, ya que ellos decían que yo era su puta preferida. Finalmente un día se acercó Rashid y me dijo que me tenía una propuesta que me podría interesar mucho. Yo le pregunté de que se trataba y él me dijo lo siguiente – “Lo haz hecho muy bien hasta ahora, has producido mucho más de lo que esperábamos. Por ello deseamos proponerte que si cumples con las dos tareas que te deseamos encomendar, nos comprometemos en dejarte libre. La primera de las tareas  consiste en que trabajes por 4 semanas en un prostíbulo de lujo que hay en las afueras de Amsterdam, este es un sitio donde los hombres de negocios, políticos e incluso religiosos van para desinhibirse alejados de los estrictos ojos de la sociedad y por supuesto de sus esposas. Debo aclararte que en ese sitio entre otras cosas se practica el sado-masoquismo y el bondage y tú debes estar dispuesta a entregarte por completo para que hagan contigo lo que deseen sin ningún tipo de límite. Si cumples esta primera tarea, la segunda consistirá en  que trabajes en uno de nuestros burdeles en Ciudad del Cabo” – Mi respuesta fue afirmativa de inmediato, ya que aunque debo confesar que estaba disfrutando mucho lo que hacía  desde el punto de vista sexual,  añoraba poder regresar a Venezuela. Rashid añadió lo siguiente – “Una vez que te entreguemos los documentos podrías trabajar para nosotros en la Costa Azul en Francia dándole servicio a gente muy poderosa y adinerada, lo cual sería sumamente lucrativo para ti” – Como no deseaba en ese momento dejarles ver mi deseo de regresarme, le respondí muy politicamente diciéndole – “Llegado el momento lo decidiré” – A lo que me dijo – “Piénsalo bien, no desperdicies esa oportunidad. Por cierto esta noche para ir al club debes vestirte con la menor cantidad posible de ropa”.

Esa misma noche, me recogió el mismo Mercedes en el que me había traído desde el aeropuerto y me llevó al club que estaba situado en una elegante villa en los alrededores de Amsterdam. No había ningún cartel fuera. Al llegar me pidió que me bajara del carro y caminara hacia el portón. Yo estaba vestida solo con unas medias pantis, unas sandalias y tenía un abrigo encima. Tal como puede verse en la foto.


Al llegar al portón, un guardia me salió al paso – “Esto es una propiedad privada” – Dijo – Yo sin inmutarme me abrí el abrigo y deje ver al vigilante mis pechos firmes y redondos, además de  mi coño, el cual era perfectamente visible bajo la transparencia de las medias pantis – “Me gustaría entrar, creo que me esperan” – Dije – “¿Qué debo hacer para ello?”.



El vigilante miró a ambos lados, se percató de que no había nadie cerca y me manoseó descaradamente mis pechos, besándome mis pezones. Luego introdujo su mano por el borde de la panti, me acarició mis nalgas  y luego me acaricio mi vagina notando que esta se humedecía en el acto. Una vez satisfecho sus instintos me dijo –“Puedes seguir”.

Yo volví a cerrarme el abrigo y caminé con mis altos zapatos de tacón hasta la puerta de la villa, la cual estaba bastante retirada del portón de entrada. Al llegar, toqué a la puerta y una hermosa mujer morena con un cuerpo espectacular, completamente desnuda me abrió la puerta y me dejó pasar. El interior de la villa era elegante, se veía muy confortable. La mujer me preguntó – “¿Quieres dejar tu abrigo?. Luego  puedes dirigirte a alguno de los salones donde están los  invitados”. Cualquier hombre que tenga relaciones contigo debe pagarte. La tarifa mínima es de 250 Euros por hora, la mitad nos queda a nosotros - Yo le entregué mi abrigo y caminé vestida tan solo con las medias pantis hasta un salón donde se escuchaban varias voces. Al entrar me di cuenta de que había dos tipos muy distintos de personajes. Había un primer grupo de hombres fumando cigarros costosos y bebiendo bebidas en grandes copas o vasos de cristal de Bohemia y otro grupo del cual evidentemente formaba parte yo, de jóvenes de ambos sexos con muy escasa o ninguna ropa, esperando ser elegidos para participar en una actividad sexual con uno o más de aquellos personajes que conformaban el primer grupo. Tal como me habían explicado, esos hombres poderosos y millonarios estaban allí para poder disfrutar de cualquier tipo de placer que con suficiente dinero pudieran comprar y nosotros estábamos allí para realizar cualquier tipo de juego sexual que a ellos se les ocurriera, sin limitaciones, ni preguntas.

Al entrar al salón me dirigí a la barra – “¿Puede darme una Margarita?”- Pregunté al barman. De repente, sentí como alguien se situaba detrás de mí y colocaba las palmas de sus manos sobre mis pechos. No me giré – “Me gustan sus pechos” – Dijo el hombre – “Si quiere seguir tocándolos y además desea poder disfrutar del resto de mi cuerpo, tendremos que negociar lo que va a pagarme – Le respondí - “Estoy dispuesto a pagarte lo que me pidas, ¿Quieres subir conmigo a una de las habitaciones?” – Me propuso el hombre – Sin titubear le respondí – “Por supuesto, vamos. Yo te sigo”. El hombre me agarró por un brazo, yo pasé mi brazo alrededor de su cintura, y subimos al segundo piso.

Al llegar al segundo nivel, el hombre me llevó a una de las habitaciones que tenía una luz verde encendida al lado de la puerta, entramos y al hacerlo el hombre me pidió que me desnudara y él también se desvistió por completo. Pude ver que tenía una verga muy  gruesa y larga.  Me llevó a la ducha. Se metió junto conmigo, abrió el agua caliente, nos metimos debajo de la regadera, luego enjabonó mi cuerpo con mucha dulzura. Me quitó el jabón y finalmente secó mi cuerpo, envolviéndome en una toalla. Me llevó a la habitación y me hizo acostar desnuda boca abajo. Yo estiré mis piernas abriéndolas un poco, y puse mis brazos hacia delante, mi cabeza estaba de lado. Él me dijo – “Las curvas de tu culo son perfectas” – Me acarició mi espalda, mi culo, mi nuca, mientras me besaba despacio - “Quiero que te comportes como una perra” – Yo asentí

De repente él se levantó y cogió unas cuerdas que estaban en una gaveta  y  ató mis muñecas a la cabecera de la cama, y mis tobillos a la parte posterior de la misma. Yo empecé a jadear, mientras sus manos recorrían mi  cuerpo, de repente el me  introdujo sin ninguna dificultad uno de sus dedos dentro de mi ano, luego me introdujo dos y comenzó a moverlos para distender mi ano, luego introdujo un tercer dedo y finalmente sentí como deslizaba un cuarto dedo en el interior de mi cavidad anal.

Me colocó una almohada debajo de mi barriga con el fin de lograr elevar mi culo convenientemente para poder  disponer del mismo a su antojo. Yo estaba inmovilizada por las ataduras, me sentía reducida al estado de objeto, pero me dejaba ir, me sentía dominada, controlada, sometida al deseo de ese hombre. Pero todo ello me generaba una sensación muy erótica. 

Yo estaba completamente inmóvil, resignada a recibir por atrás su verga, estaba lista para ser follada  por él sin compasión. Cuando ya nada parecía interponerse entre mi culo y su enorme verga, escuché que se abría la puerta de la habitación a mis espaldas. Yo me pregunte si el hombre se había olvidado de echar el cerrojo, o lo había hecho intencionalmente. Sin embargo ahora ya era demasiado tarde, ya que estaba atada a merced no solo de uno, sino de dos hombres. El hombre que había llegado me  miraba extasiado y escuché como dijo – “Vamos a disfrutar del sexo anal follando a esta puta por  un buen rato. Era evidente que el hecho de  que yo estuviese atada los volvía más lascivos y perversos. Ambos comenzaron a penetrarme por el culo alternándose uno con el otro. Yo había tenido una serie de orgasmos pero ellos no habían aún acabado, ya que cuando estaban a punto de correrse, paraban y el otro tomaba su lugar. El hombre que me había traído a la habitación me dijo – “Estamos tratando de dilatar nuestro final lo más posible porque  la sensación que nos produce  entrar y salir de tu ano es verdaderamente embriagadora”.

Ellos continuaron alternándose en mi interior varias veces más, no sin bastante recelo y mezquindad, ninguno de los dos quería ceder al otro ni un instante más.  La pequeña frustración que yo percibía cuando uno era sustituido por el otro se transformaba para mí en un sumo placer, me sentía disputada y follada por dos hombres que me deseaban inagotablemente. La escena nos producía una gran lujuria a los tres, la cual sin duda ya se estaba saliendo de control, mientras yo permanecía inmóvil, boca abajo, gimiendo, sintiendo orgasmo tras orgasmo  y siempre con uno de los dos penetrando mi ano. Llegó un momento en que ya yo estaba agotada, apenas se oían mis gemidos y mis orgasmos se sucedían continuamente cada vez rápidos e intensos. El hombre que me había traído a la habitación fue el primero en correrse, aunque quería reservarse para el final. Eyaculó dentro de mi ano mientras se estremecía fuertemente sobre mí. Tardo un buen rato en sacar su verga de mi inundada y cálida cavidad anal. Luego, sin perder un solo instante sentí como el otro hombre me volvía a penetrar. Yo estaba esperando otra larga sesión de sexo anal, pero sin embrago el semen de su amigo acentuó la lubricación en mi infatigable ano, y la verga de él se sumergió en mi interior con una enorme facilidad. Al sentir como su falo era engullido por mi culo con tanta facilidad, se oyeron sus gritos de placer que se anticiparon a un nuevo río de semen que inundo de nuevo mi interior. Al cabo de unos breves instantes de movimiento en ese lubricado y delicioso interior, él sacó su enorme verga de mi culo.

Luego me soltaron, me llevaron los dos hombres de nuevo al baño y me bañaron entre los dos muy dulcemente, para luego secarme, pagarme una gran cantidad de dinero y dejarme vestir de nuevo con mis medias pantis.

Una vez concluido mi primer servicio en ese lugar. Bajé y me dirigí a otro de los salones, donde apenas entré me vi abordada por varios hombres, los cuales me solicitaron igualmente mis servicios sexuales. Así que fui subiendo con cada unoi de ellos,  en forma individual, a las habitaciones de la planta alta para follar. Ya en horas de la madrugada la mayoría de los hombres se habían retirado. Yo estaba bastante agotada, la morena que me había recibido se acercó a mí y me dijo que me habían asignado una habitación en el ala trasera de la casa para que pudiese quedarme allí. Ella me indicó como llegar a la misma y me entregó una llave. Me dirigí hacia mi nueva habitación y al entrar conseguí mi maleta y mi abrigo dentro de la misma. Me acosté y me dormí rápidamente.

Así pasaron tres semanas, durante las cuales tuve mucho sexo, me sentía mucho más cómoda que cuando estaba trabajando como prostituta en el Barrio Rojo y el dinero recibido era muchísimo más que lo que allí pude conseguir a pesar del gran esfuerzo que allí hacía.

Al principio de la cuarta semana, yo estaba vestida como puede verse en la foto. Con un  short blanco y una blusa transparente muy abierta al frente.



Se me acercaron tres hombres y me propusieron que tuviésemos sexo en grupo. Yo accedí y les dije que subiéramos a una de las habitaciones de la planta alta. Sin embargo uno de ellos que dijo llamarse Bert dijo –“Prefiero los reservados de abajo” – Yo jamás había bajado al sótano pero acepté sin problemas.

Los otros dos hombres que se llamaban Henk y Epke bajaron primero. Bert bajó detrás de mí la escalera del sótano abrazándome por la cintura, circunstancia que aprovechó para desabrocharme el short y quitármelo, como la blusa que llevaba era cortita me encontré bastante desnuda antes de llegar abajo del todo. No me sentía  incomoda por ser  la única que estaba desnuda. Obviamente taparme me parecía fuera de lugar, así que seguí caminando sin importarme  exhibir mi cuerpo parcialmente desnudo. En el sótano se encontraban varios habitáculos parecidos a celdas. Bert me explicó que eran mazmorras para tortura donde se practicaba el sadomasoquismo. El me dijo que todo el sótano estaba totalmente insonorizado. Nadie podía saber lo que ocurría dentro de aquellos calabozos mientras la puerta estuviera cerrada.

Nos dirigimos a uno de los calabozos. Este era bastante grande, había una especie de mesa alta con argollas, un bastidor de metal con cadenas que colgaban y un montón de otros instrumentos y máquinas, algunas que imaginaba para que pudieran servir y otras que me era imposible de imaginar cuál sería su aplicación. Además en una bandeja había una colección de dildos de diferentes tamaños, formas y colores – “¿Y bien?” – Le pregunte a Bert, este me dijo – “Desnúdate por completo” . Una vez desnuda Bert me ordenó que me pusiese de cara a una de las paredes y me sujetó las manos y los pies con unas argollas fijas a la misma. De forma que mis brazos quedaron levantados y abiertos sobre mi cabeza y mis piernas muy abiertas. Cuando estaba en esa posición observé que Bert cogía un pequeño látigo de cuero y lo mojaba en un grifo de agua.

“Bueno, puta ahora eres toda mía” – El hombre estiró el brazo hacia atrás con las puntas del látigo colgando y me descargó un fuerte latigazo en mis nalgas. El dolor que sentí era insoportable – “Suéltenme ya, no quiero seguir jugando esto” – Les grité – “Y quien dice que estamos jugando, hoy vas a vivir unas nuevas  experiencias sexuales en las que vas a aprender que el dolor engendra un placer único, que va a llevar a tu libido a alcanzar niveles de excitación sumamente intensos”.

Sin mediar más palabras Bert me descargó un segundo latigazo, un tercero y hasta un cuarto. Yo me puse a gritar pero nadie a excepción de los tres hombres que me acompañaban podía oírme. Bert descargó otro fuerte latigazo sobre mis nalgas - “Por favor, no me pegue más, haré lo que quieran pero no me pegue más”. Bert me soltó, diciéndome que debía comportarme de una forma muy sumisa sino quería que me castigase de nuevo. Me preguntó – “¿Estas dispuesta a hacer o dejarte hacer lo que queramos?” – Yo respondí afirmativamente.  

Todos mis acompañantes se colocaron en torno a la mesa y Bert me dijo que me subiese para que todos pudieran verme bien. Me encaramé en la mesa  y me quedé encima de ella de pie sin saber que hacer mientras todos me observaban sin decir nada. Epke  en ese momento a instancias de Henk me acercó hasta la mesa una buena colección de dildos de diferentes tamaños y los dejó allí esperando que yo los cogiese. Henk me ordenó - “Vamos puta elige uno,  que te lo vas a clavar para que nosotros veamos hasta dónde eres capaz de llegar para excitarnos” – Ellos querían que me metiese uno de los consoladores y yo les iba a enseñar de lo que yo era capaz. Para impresionarlos elegí un consolador largo y grueso que sabía que me entraría bien por mi coño y me haría gozar a mí de paso.

Empecé a excitarme con el roce del dildo haciendo movimientos cada vez más sensuales  hasta que llegue a un punto en el que la excitación que estaba ya sintiendo me hizo perder la vergüenza que me quedaba y en medio de una serie de gemidos empecé a introducirme el largo y grueso dildo en mi vagina. Cuando más entusiasmada estaba, Epke me interrumpió diciendo - ¿Qué clase de puta es esta mujer?. Mira, puta, ya hemos visto que en el coño te entra  todo, ahora queremos saber lo que te entra por el culo” -  Me quedé paralizada sin saber que hacer porque para mí desgracia el dildo que yo había elegido era enorme para mi ano, pero ya no había vuelta atrás, o yo me lo metía en el culo con todo cuidado o estaba segura que alguno de ellos lo harían sin moderación alguna. Miré a  Epke, y le pregunté – “Me pueden dar algún lubricante”- A lo que me contestó – “Ese es tu problema, puta. Busca como lubricarte ese agujero”.

Sabía que tenía que hacerlo, ya que de otra forma era muy complicado que ese gigantesco consolador se abriese paso a través de mi agujero anal. Así que abrí mis piernas lo más posible y comencé a masturbarme  con mi mano mi clítoris y mis labios vaginales, metiéndome dos dedos en mi vagina para humedecerlos y luego me los introduje en el ano para humedecer el agujero anal lo más posible. Luego me metí tres dedos para intentar dilatarme y empecé a sentir placer. Entrecerré los ojos para concentrarme y movía mi culo mientras me metía y sacaba los dedos. Escuché a Epke que decía en voz baja – “Esto es otra cosa, esto va prometiendo” - Eso me animó y seguí con mis contoneos, metiéndome y sacándome ya hasta cuatro dedos que ya a esta altura me entraban sin dificultad, mientras que con la otra mano me pellizcaba los pezones con furia, yo iba cada vez penetrándome con mis dedos más adentro de mi cavidad anal. Finalmente llegó un momento en que sentí la necesidad de sustituir mis dedos por el dildo y así procedí, lo agarré con fuerza y traté de introducírmelo en el ano con decisión. En un primer intento  me entró la punta del enorme dildo y sentí una punzada, pero me aguanté. Seguí aplicando presión a pesar del dolor que me embargaba. El ano comenzó a distenderse cada vez más en la medida que el consolador iba abriéndose paso por mi cavidad anal,  a medida que esto ocurría sentía que  mi agujero trasero se llenaba de una forma diferente, lo cual me proporcionaba un placer tan tremendo que me hizo perder la noción de donde me encontraba, enloqueciendo por el deseo de que el dildo siguiese entrando y entrando hasta mis entrañas. Se me olvidó que no estaba sola  y empecé a gemir cada vez con mayor intensidad en la medida en que iba alcanzando un orgasmo que parecía interminable. De repente me caí sobre la mesa y noté que el dildo se me salía del ano. Me quejé ruidosamente de que hubiese perdido esa fuente de placer y abrí los ojos. Alcancé a ver como Bert retiraba el consolador y vi a Epke que se acercaba con uno más grande. Al verlo acercarse le ofrecí el ano para que me penetrase y le dije  – “Clávamelo muy adentro de mi culo por favor, necesito que me empales  el culo” - Epke ni se molestó en lubricar el enorme dildo, me lo colocó frente a mi abertura anal y lo  empujó dentro de mí, sin ninguna contemplación. Sentí que estallaba por dentro, era una mezcla de dolor, presión y placer incalculable. Yo estaba comportándome de una forma totalmente desvergonzada, reclamando que me follase más y más.

Mientras Epke me follaba con el dildo por mi culo, yo miraba a mí alrededor y solo veía rostros sonrientes y miradas llenas de vicio y deseo. Sin embargo yo aún seguía insatisfecha. Deseaba más, quería sentirme  llena por todos mis agujeros.  Bert colocó sus bolas en mi boca y se deslizaba adelante y atrás de forma que yo alternativamente le chupase los testículos o el ano, en el que yo metía mi lengua con muchísima avidez, él notó de inmediato mi interés en tratar de  provocarle  placer en el ano, por lo que lo detuvo sobre mi boca y se restregaba con fuerza para que yo pudiese clavarle mi lengua lo más profúndamente posible.

Yo estaba muy entusiasmada intentando penetrar lo más adentro posible  en el ano de Bert, cuando noté que algo mucho mayor que el dildo me penetraba por el culo y al mismo  tiempo otro instrumento se abría paso por mi coño. En ese instante pude darme cuenta de que Epke me había sacado el dildo del ano, después de trabajármelo exhaustivamente y me estaba metiendo todo su puño en mi ano y al mismo tiempo había agarrado con su otra mano otro dildo de gran dimensión, con el cual me penetraba por mi coño. Sentía que me reventaba pero yo estaba en un estado de excitación tal, que en lugar de protestar le pedía que me reventase ya, que necesitaba que me destrozase ambos agujeros. A un orgasmo le sucedía otro y estaba ya agotada de tanto placer cuando de repente todo se detuvo. Epke retiro su puño de mi ano y el consolador de mi vagina, a la vez  Bert se retiró de mi boca.  Yo estaba desfallecida deseando descansar.

Pero esa paz me duró muy poco ya que sentí un dolor punzante en uno de mis pezones que me hizo levantarme de súbito. Cuál no sería mi sorpresa cuando vi  como Bert con una aguja muy afilada y caliente estaba tratando de perforarme uno de mis pezones. Intenté defenderme de inmediato, pero muy rápidamente  varias manos me inmovilizaron. Bert me miraba, parecía encantado con lo que me hacía, muy sonriente me dijo – “Este tipo de sexo es el mejor, ¿Verdad mi amor?. Así, duro, estas son las sensaciones diferentes que te prometí. Disfruta, ya que esto no ha hecho más que empezar”.  Una vez que logró perforarme el pezón derecho, me colocó un gancho allí y procedió a perforarme el otro pezón. Una vez que terminó con ambos pezones ensartó en cada gancho el extremo de una cadena.

El dolor agudo que había sentido cuando mis pezones fueron perforados fue aminorándose y sentí que los pezones estimulados por la agresión  se endurecían y debo confesar que esto me provocaba mucho placer, algo que jamás se me hubiese pasado por la cabeza.

A esta altura ya los tres hombres estaban desnudos del todo, cada uno de ellos tenía un enorme pene muy erecto. Henk que se había mantenido algo apartado hasta el momento, se subió a la mesa y se acostó boca arriba con su enorme verga levantada apuntando al techo. Bert me ayudó a levantarme y me hizo sentar sobre ese duro falo de forma que el mismo me penetrase deliciosamente  por mi vagina, nuevamente una punzada de excitación me atravesó el cuerpo desde el clítoris hasta el ano. Mis pezones estaban rojos y me dolían, pero me sentía muy a gusto. Yo estaba disfrutando cabalgando sobre esa verga tan grande cuando Henk agarró la cadena que conectaba mis pezones y le dio un tirón brutal lo que provocó que gritara con mucha fuerza  y abandonara mi posición erecta y  recostase mi torso sobre su pecho. En ese instante sentí que alguien me penetraba por el ano, haciéndome sentir completamente plena. Me follaron por un largo rato hasta hacerme acabar numerosas veces.



Los hombres que me estaban follando pararon y me hicieron acostarme de espaldas sobre Henk y este introdujo su enorme miembro en mi ano y comenzo a follarme. Yo estaba extasiada dejandome llevar por las sensaciones que embargaban mi cuerpo,  Senti que otra verga comenzaba a presionar mi agujero anal para abrirse paso en el mismo, a pesar de que la enorme verga de Henk estaba penetrandome por allí. Los esfuerzos lograron su fruto y al rato sentí como la nueva verga se abría paso en mi trasero. Estaba siendo sometida a una DP anal y ambas vergas comenzaron a moverse al unisono en mi interior, lo que provocó que comenzara a alcanzar otro orgasmo, uno mucho más intenso, que me hizo casi perder el conocimiento.


Cuando más estaba disfrutando sentí que una de las vergas que me sodomizaba se salía de mi culo y saltando por encima de mí se colocaba delante y me penetraba la boca hasta la garganta haciéndome atragantar. Era Bert. El sabor de su verga no dejaba lugar a dudas de donde había estado, pero mi estado de excitación era tal que eso no me importaba. Estaba mamándole su verga a Bert completamente encantada de ser sometida a todas esas vejaciones cuando sentí que la verga que aún tenía en mi ano comenzaba a moverse cada vez más rápido. Debo decirles que eso fue ya lo máximo. Henk al ver mi estado de locura sexual intentó hacerme bajar mi temperatura y dio otro tirón a la cadena que unía mis pezones, pero el resultado fue el opuesto porque el tremendo dolor que sentí hizo que el orgasmo se desencadenase con tal intensidad que con un enorme grito me desvanecí del todo.

Me desperté sobre una cama que estaba dentro del calabozo. Bert estaba acostado a mi lado y me acariciaba  por todos lados. Mientras susurraba que yo le gustaba mucho.

Traté de incorporarme de la cama y al hacerlo sentí un fuerte dolor  en los pezones. Bert dejó pasar un rato para que yo pudiese recuperarme y me pregunto – “¿Vas a querer que  sigamos?, Aún te quedan muchos aparatos por probar.  Sabes que no nos importa ser unos depravados contigo, ya que estamos seguros de que eso es lo que te gusta” - No supe al principio que contestar o quizá temía dar la respuesta equivocada. Me habían querido introducir al mundo del sadomasoquismo  y yo estaba muy clara de  que  lo había disfrutado muchísimo. Sentía como los pezones me dolían y sin embargo mientras pensaba en las sensaciones que había experimentado noté que comenzaban mis fluidos internos a lubricar mi vagina. Era más que obvio que ese dolor no lo era tanto, era realmente placer adulto. No tenía ninguna duda de que deseaba repetir la experiencia, más aún no creía que pudiese pasar mucho tiempo sin querer nuevamente experimentar de nuevo ese tipo de sexo. Sentía que yo ya tenía el veneno dentro de mi cuerpo y estaba segura de que no había  antídoto posible. Sin lugar a duda deseaba volver a sentirme dominada, quería experimentarlo lo más pronto posible y lo que era aún más inexplicable, deseaba que fuese de una forma aún más bestial, para que el placer que sintiese lo fuese también, más brutal y más salvaje. Así que le respondí a Bert  que no me quería ir de allí sin que probasen cada cosa que había en ese sitio conmigo.

Bert se rio y dijo – “Por eso te dije que cuando experimentases esta forma de sentir, no ibas a querer dejarlo de hacer y que de seguro ibas a ser mucho más puta de lo que eras cuando aceptaste bajar al sótano”.

Bert me frotó todo el cuerpo con aceite. Cuando me bajé de la cama me di cuenta de que no solo estaban en el calabozo Henk y Enke, sino que habían invitado a otros 3 hombres. Estaba muy claro que  ellos  estaban seguros de que yo accedería a entregarme nuevamente.  Yo les dije sin ningún tapujo – “Hagan conmigo lo que quieran, soy de ustedes”. No fue necesario decírselo dos veces. Me agarraron, me llevaron al centro del cuarto, me introdujeron todos los dildos que habían, me colocaron en cada una de las maquinas que estaban en el salón, incluyendo varias máquinas donde me hicieron doble penetración, me cogieron de todas las formas en que se les ocurrió y las veces que quisieron. Allí estuve  con ellos por más de 6 horas y finalmente me sometieron a un  enema clismafílico.

Este tipo de enema se usa en diferentes prácticas sexuales,  sobre todo el BDSM. El propósito normal de un enema es la limpieza del colon o intestino grueso mediante la inserción de líquido en el recto y luego su expulsión. Sin embargo en el BDSM, los enemas se utilizan como parte del castigo, la humillación y de la disciplina a la que se quiere someter a la persona. Normalmente se realiza a base de agua a temperatura corporal con un poco de sal, o adicionalmente se puede usar aceite de oliva, limón u otras sustancias según el efecto que se desea producir.  En mi caso decidieron todos orinar en un recipiente que luego usaron para llenar la bolsa del enema. Me explicaron que me iban a introducir poco a poco la cantidad de solución del enema  hasta ver cuanta podía yo aceptar, ya que la cantidad podía variar de acuerdo al tamaño de mi colon. Primero me  introdujeron  medio litro y así fueron incrementando la cantidad hasta que  al final me introdujeron  como unos  5 litros (1,5 galones). El ritmo lo iba poniendo yo, en la medida de que  iba adquiriendo  experiencia y que mi colon aceptaba el volumen de orina que le estaban introduciendo. El juego consistía en colocarme recostada sobre la espalda con las rodillas flexionadas, introducirme la orina depositada en la bolsa plástica usando una manguera provista de  una pinza reguladora de flujo, en el extremo la manguera tenía adosada una boquilla con forma de dildo con la punta muy ancha. El dildo me lo insertaron en el ano y una vez que estaba completamente dentro, dejaban fluir el líquido que estaba en el recipiente al interior de mi ano, luego me retiraban el dildo y me forzaban a  retener el líquido el mayor tiempo posible, antes de expulsarlo en otro recipiente. Yo luchaba para retener el líquido que tenía en mi interior, ya que me habían dicho con mucha claridad que cualquier pérdida de líquido que tuviese, tendría que limpiarlo con mi lengua. Al principio me costaba mantener por mucho tiempo el líquido inyectado en mi ano, pero poco a poco fui tomando el control de mi cuerpo hasta que logré retenerlo con facilidad en mis entrañas.

El líquido que expulsaba una vez que me permitían hacerlo, lo usaban para llenar de nuevo la bolsa de enema. Me daban masajes en el abdomen lenta y profundamente en sentido contrario al de las agujas del reloj a fin de facilitar que la solución se moviera a través del colon. Este proceso lo repitieron varias veces, haciéndome alcanzar una serie de intensos orgasmos a lo largo del proceso y al final me obligaron a beber al menos un litro y medio de la orina que había estado circulando por mi ano. Me hicieron poner en cuclillas y el resto de la orina me la echaron encima de mi cuerpo. Pero no se contentaron solo con eso, sino que todos se orinaron encima de mí, derramando la orina sobre mi rostro y mi cuerpo. Debo decirles que la orina resbalaba por mis tetas hacia mi vientre y hacia mi coño. Debo confesar que estaba tan excitada que me empecé a tocar hasta acabar de nuevo. 

De pronto uno de los hombres me dijo – “Vamos a orinarte en la boca y te lo tienes que tragar todo. Así que no cierres la boca” – Me pusieron un embudo metálico en la boca, yo ni siquiera repliqué y me dispuse a tragarme la orina de esos hombres, pensando qué importancia podía tener eso, si ya me había bebido una gran cantidad de orina que además había circulado por mi colon. Los hombres apuntaron los chorros de orina directo al embudo colocado en mi boca, pero también aprovecharon de orinarme la cara y el resto de mi cuerpo, mientras yo en cuclillas y con las piernas abiertas, me metía mis dedos en mi coño y alcanzaba otra serie de orgasmos. Uno de los hombres dijo – “Qué perra es esta mujer” -.Y la verdad era que así me sentía. Una perra, dispuesta a hacer cualquier cosa para satisfacer a esos hombres a los que me estaba entregando sin límites de ningún tipo. Cuando terminaron de orinar, me metieron sus vergas uno a uno, en mi boca y se las mamé hasta hacer que acabaran en mi boca,  tragándome todo su semen. Me tomaron un sin número de fotos así como estaba completamente bañada de orina y con mi boca llena de semen. Cuando se dieron por satisfechos me limpiaron muy a fondo con una manguera de agua, la cual me la introdujeron en mi ano para aplicarme un enema final de limpieza.

Cuando nos marcharnos yo me sentía muy conmocionada por los sucesos acaecidos y sobre todo por mi sumisa y pervertida conducta. No tenía ninguna duda de que cada día me sentía más puta y que sin duda alguna me comportaba de acuerdo con ello.